Podríamos ser todo o podríamos ser nada.
Podríamos tomarnos un helado de chocolate o de vainilla tal vez, como tú lo prefieras. Una de esas tarrinas grandes y compartir cuchara.
Podríamos querernos o odiarnos. Lo que mejor venga en cada momento. Siempre dentro de unos límites, porque nada en exceso es bueno.
Podríamos besarnos despacio, o deprisa. Con besos de esquimal o simplemente no besarnos.
Podríamos cantar hasta quedarnos afónicos y hacer de canciones nuestras con una historia.
Podríamos hablar, gritarnos o discutir. Pero si después la reconciliación merece la pena porque si no mejor no hacer nada.
Podríamos mirarnos y tú podrías sonreír. Ya sabes que tu sonrisa me encanta.
Podríamos ir al cine. Con palomitas y refresco gigante, uno de cada y para dos.
Podríamos hacernos cosquillas y descubrir nuestros puntos débiles. Para luego poder ir recorriendo con la yema de los dedos todos esos lugares.
Y dicen que querer es poder-
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