31 de enero de 2012

Y acumulando meses.

Y cuando el mal humor hace acto de presencia, viene acompañado de miradas asesinas y numerosos 'DÉJAME EN PAZ'. Pero luego llega el momento de recapacitar, y culpable o no, te sientes así. Sientes el miedo de que un día decida estar cansado de todo eso. De esto, ESTO.

62 días.
Piensas. Y sientes que en cada centímetro cuadrado de tu persona existe la necesidad de él. Él es el mayor chute de felicidad al que cualquier yonki sería incapaz de renunciar.
Ese momento en el que te calla con un beso, y cuando estás callada dice que no aguanta el silencio y te besa infinitas veces más.
Y de vez en cuando escuchar ese Te quiero susurrado, que pone la piel de gallina.
Es entonces, cuando te das la vuelta y te tragas tus palabras. Y un simple abrazo se lleva ese puto mal humor, las malas caras y acumulan más ganas de ÉL.

2 de enero de 2012

Happy new year, my love.

Toma las doce uvas de todos los años y a excepción, brinca con Champagne. Esa noche se siente realmente guapa. Y por supuesto, afortunada.
Entre el resto de la gente él la espera. Y a ambos una gran noche. Alcohol y amigos, buena mezcla.


Siete menos cuarto de la mañana y ella está helada, tirita. Se tumba en su cama y él la tapa.
La yema de sus dedos acaricia cuidadosamente cada parte de ella. Y entre algún beso y mirada intercala un TE QUIERO .
¿Felicidad? Esa palabra no alcanza el significado de como se siente ella. 31 días después  de haberle besado por primera vez, sigue descolocándola.
Recuerda que entró en su habitación de noche y ve que es de día. Está segura de que esta vez no se equivoca. 
Se gira y le ve tumbado a su lado. Ambos sonríen y de nuevo ella siente un escalofrío, pero ya no tiene frió. Y de nuevo mariposas.