31 de enero de 2012

Y acumulando meses.

Y cuando el mal humor hace acto de presencia, viene acompañado de miradas asesinas y numerosos 'DÉJAME EN PAZ'. Pero luego llega el momento de recapacitar, y culpable o no, te sientes así. Sientes el miedo de que un día decida estar cansado de todo eso. De esto, ESTO.

62 días.
Piensas. Y sientes que en cada centímetro cuadrado de tu persona existe la necesidad de él. Él es el mayor chute de felicidad al que cualquier yonki sería incapaz de renunciar.
Ese momento en el que te calla con un beso, y cuando estás callada dice que no aguanta el silencio y te besa infinitas veces más.
Y de vez en cuando escuchar ese Te quiero susurrado, que pone la piel de gallina.
Es entonces, cuando te das la vuelta y te tragas tus palabras. Y un simple abrazo se lleva ese puto mal humor, las malas caras y acumulan más ganas de ÉL.

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