1 de febrero de 2015

Es cierto eso de que duele más aparentar que no pasa nada que aceptarlo. Lavarte la cara cada mañana y ponerte esa sonrisa postiza que quema la piel. Lo peor de todo eso es la mentira, y la que intentas colarte a ti misma es la más grande.

Porque todos sabemos que hay amores que nunca se olvidan. Y mucho menos ese AMOR. Duele la lengua de tanto morder esas palabras que quieres y no debes decir. 
Dentro de un tiempo seré solo recuerdos, lugares que otras manos habrán recorrido. Recuerdos bonitos pero fríos. Pero, ¿y si tú nunca eres un recuerdo? ¿Si te quedas viviendo en mi piel y la haces impermeable? 

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